Buga y la visita de un bus poco convencional: Proyecto Meraki
Buga y la visita de un bus poco convencional: Proyecto Meraki
En medio del abrazador sol, Guadalajara de Buga recibe la
visita de un enorme “elefante amarillo” con ruedas. Se abre paso entre el
tráfico de motos y carros por la
transitada carrera octava, caracterizada por la gran cantidad de talleres y
almacenes de repuestos a lado y lado de la acera.
En realidad el “elefante amarillo” es un antiguo bus
escolar, un clásico ómnibus Mercedes Benz, modelo 1114, que ha sido remodelado.
Así que el contraste entre su capó clásico y el enorme panel solar instalado
sobre el techo, resulta interesante. Además, luce en su exterior bellas
ilustraciones infantiles, dibujos de mapas que dan cuenta de los lugares que ha
recorrido y unos particulares letreros que anuncian una “Biblioescuela rodante”
y un “Manual para soñar”.
Adentro, viaja una familia de origen español que hace dos
años inició un largo viaje por Suramérica junto a sus tres hijos y con la
compañía de más de 1.500 libros que llevan a las escuelas que van saliendo a su
encuentro.
Es el proyecto “Meraki”, una palabra que proviene del griego
y traduciría “hacer algo con amor y creatividad, poniendo el alma en ello”. No
hace parte de ninguna institución en especial, ni están financiados por ningún
gobierno. Es un proyecto familiar que ha tenido el apoyo de cientos de personas
que se contagian por la energía inspiradora de ésta familia. No están atentos a
la cantidad lectores que atendieron, ni diligencian planillas con los datos de
los asistentes. Su objetivo es más sencillo: ofrecer espacios cálidos de
encuentro con las palabras a través de actividades de promoción de lectura,
permitiendo después que los niños –principales usuarios de la colección-
exploren con libertad la colección de libros. Lo cual resulta muy interesante,
pues muchos de esos títulos son desconocidos en nuestro territorio ya que aún
las editoriales y distribuidoras colombianas no cuentan con los permisos para su
impresión y circulación.
Para su viaje, los “Meraki” (no es su apellido real, pero no
sería igual de mágico si dijéramos los Pérez o los Fernández) adecuaron el
clásico ómnibus, para que les diera el abrigo de un hogar y les permitiera
llegar con los libros y poder “andar caminos que conducían a hogares bellos,
ciudades enormes y pueblitos pequeños” como cuenta Valentina, la preciosa hija
de 6 años en el cuento que su madre, Aurora, ha escrito sobre ella.
Llega el viernes 28 de junio. Dos colegios estatales los
esperan. Se trata de la *Institución Educativa
Tulio Enrique Tascón, sede General Santander y la Institución educativa
Agrícola Guadalajara de Buga* , quienes aprovecharán las horas que dura la
visita a Buga para que algunos de sus estudiantes puedan encontrarse con los _Meraki_.
En la escuela General Santander, la profesora María Edith y la profe Carmen del
Socorro, disponen diligentemente de lo necesario para la actividad. La profe
María Edith, ha asumido con total vocación el fomento lector en la sede, por
eso para los niños la actividad se convierte en la oportunidad de acceder a más
libros de los que tiene la naciente colección de libros de la escuela. El
encuentro es todo un éxito.
En la Institución educativa Agrícola Guadalajara de Buga,
también está todo listo y los niños esperan con gran expectativa junto al bello
_mariposario_ . Allí están Pilar, la líder del tema de la biblioteca y don
Francisco, el bibliotecario, los encargados de recibir al bus y su inspiradora
familia. Ángel, el papá, les cuenta a los niños que son de España, de una
ciudad llamada Sevilla.
-
¿La conocen chicos?, pregunta.
-
Uno de los niños responde: “Siii!”. Refiriéndose
realmente al municipio colombiano homónimo y conocido con el “Balcón del Valle
del Cauca”.
-
“¿Po-deis de-cir-me vo-so-tros que países co-no-ceis?”,
pregunta despacito y con mucha gracia una de las niñas. Al parecer siente que
debe hablar con acento español para que Aurora entienda su pregunta.
Todos sonreímos.
La familia tiene una idea en la que hacen mucho hincapié: que
a pesar de estar al otro lado del océano tenemos mucho en común, porque el
mundo tiene unas fronteras que en realidad resultan ser artificiales y los
niños deben empezar a pensar como ciudadanos del mundo con el derecho y la
posibilidad de recorrerlo en libertad.
Las actividades van llegando a su fin. Las caras de asombro
y satisfacción de los niños hacen que todo esfuerzo valga la pena. ¿Qué
contarán los niños a sus padres al llegar a casa? Definitivamente, hoy, la
escuela ha sido un tanto diferente.
Llega el momento de despedirse. Ángel, Aurora, Valentina,
Miguel y Daniel deben seguir su camino, llevando consigo a su gran mascota: un
sabio y antiguo elefante amarillo. Un ómnibus, que toma nuevamente rumbo al sur
por la carrera octava a la altura del Coliseo de Ferias. La historia de los
Meraki continúa y mientras tanto me viene
a la mente la idea del “Gatobus” de la película japonesa “Mi vecino Totoro”. Ahora,
la idea de explorar libros sobre Japón me suena interesante.
Celebremos los viajes que podemos emprender al abrir un
libro. ¡Salud!
Paola Pacanchique
Guadalajara de Buga, 30 de junio de 2019
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